Descenso del 8,3% en las relaciones comerciales internacionales de China: ¿qué está pasando?

En julio de este año, el coste en yuanes chinos de los intercambios comerciales entre China y el resto de los países cayó un 8,3% interanual, de acuerdo con la Administración General de Aduanas del gigante asiático. ¿Cuáles son las razones y las consecuencias de esta situación? Te contamos más sobre las relaciones España-China.

El comercio de China con el resto del mundo: contexto

A lo largo de las últimas décadas, el comercio de China con el resto del mundo se ha ido posicionando como uno de los más significativos, siendo el gigante asiático de los mayores exportadores de todo el mundo y uno de los principales destinos de inversión extranjera. 

Esta situación se debe en parte a las reformas económicas que fueron introducidas en el Estado a finales de los años 70, puesto que hicieron posible que China se abriese al comercio y relaciones internacionales, convirtiéndose en uno de los principales actores globales. En general, la adopción de políticas de libre mercado y la apertura gradual del país a la inversión extranjera permitieron el crecimiento de la producción manufacturera. Esto llevó a un aumento significativo de las exportaciones, ya que se aprovechó su mano de obra relativamente barata y su capacidad para producir bienes a gran escala.

Así, China se ha consolidado como uno de los mayores exportadores mundiales, superando a países como Estados Unidos y Alemania, siendo sus principales productos equipos electrónicos, textiles, maquinaria, productos químicos y productos manufacturados en general.

Las relaciones comerciales internacionales de China descienden

El pasado mes de agosto saltaban las alarmas tanto en China como en el resto del mundo, puesto que, de acuerdo con un estudio publicado por la Administración General de Aduanas de la República Popular de China, el valor en yuanes de los intercambios comerciales entre dicho país y el resto del mundo descendió un 8,3% interanual en julio. 

En concreto, las compraventas con otros estados llegaron a sumar un valor de 3,46 billones de yuanes o 438.778 millones de euros. Esto se traduce, al final, en una caída del 9,2% de las exportaciones y de un 6,9% en importaciones en comparación con las mismas fechas del año pasado. Con esto, el superávit chino terminó el mes de julio en una cifra de 575.700 millones de yuanes o en 72.793 millones de euros, suponiendo un 15,7% menos que el que se registró a finales de julio de 2022. Sin duda, un cambio considerable en lo referente a la economía de las relaciones comerciales internacionales de China.  

En cuanto los números registrados entre julio y enero, las compraventas de China con otros países subieron en un 0,4%, aumentando un 1,5% las exportaciones y disminuyendo las importaciones en un 1,1%, también teniendo en cuenta lo alcanzado durante el año pasado dentro del mismo período de tiempo. 

Por otro lado, las compras y las ventas del país asiático en dólares bajaron hasta un 13,6% interanual en julio, cayendo las exportaciones un 14,5% y las importaciones un 12,4%, número aún más negativo de lo que se esperaba en un primer momento. De hecho, se había vaticinado una disminución del 12,5% en ventas externas y del 5% en importaciones de bienes y productos. Con todo esto sobre la mesa, parece que China ha experimentado un crecimiento menor del que se esperaba, puesto que los expertos creían que este iba a ser de al menos 7,3%, mientras que finalmente, a finales de junio se estableció en 6,3%. 

¿Se hunde la economía china?

Como ya puntualizamos al inicio de este artículo, la desaceleración económica de China ha alertado tanto al propio país como a los inversores después de que se conocieran los datos ya expuestos. Además, también el yuan chino sufrió problemas el pasado mes de agosto, momento en el que se desplomó a su valor más bajo en 16 años. Todo esto a pesar de que la actividad económica hubiera empezado a recobrar energía después de la finalización de las restricciones Covid, pues parece que el crecimiento se ha frenado. 

En general, el consumo sigue bajando, la crisis inmobiliaria azota el estado, las exportaciones bajan considerablemente y el desempleo juvenil se encuentra en cifras tan preocupantes que el gobierno ha dejado de hacer público el porcentaje.

Por si fuera poco, parece que las medidas por parte del Ejecutivo son insuficientes y el miedo al contagio ha hecho que se sucedan nuevas contracciones de crecimiento, provocando que varios bancos de inversión disminuyeran su vaticinio de crecimiento económico chino a menos del 5%.

A pesar de que habrá que esperar para conocer cómo sigue evolucionando la situación, sí se puede afirmar que China, por el momento, se ha alejado de su situación en la que estaba hace unos años, cuando fue la única economía desarrollada que evitó una recesión al comienzo de la crisis sociosanitaria del COVID, o cuando en 2008 salió antes que ningún otro estado de la crisis económica. 

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