El contexto actual de los fletes y materias primas

Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, y en especial a lo largo del 2021, el comercio internacional fue víctima de problemas y retrasos como consecuencia de los problemas sufridos en la cadena logística mundial por una gran demanda, al mismo tiempo que por las limitaciones de viajes para detener la pandemia.  Todo esto provocó que el coste de los fletes marítimos subiera considerablemente hasta batir un récord histórico. En este último cuatrimestre de 2022, todo indica que la burbuja del coste de los fletes marítimos se está desinflando, y que los cuellos de botella empiezan a deshacerse, dando la esperanza a una recuperación. 

Los fletes actualmente

Para poder estudiar bien el coste del transporte de los contenedores marítimos, se toma como referencia Shifex, o lo que es lo mismo, el índice que representa de manera más adecuada el tráfico entre los contenedores, ya que tiene en cuenta las tarifas entre Los Ángeles y China, y que reconoce caídas del más del 60% en comparación con los costes más altos. Estamos ante la cifra más baja desde hace dos años, cuando había escasez de este tipo de contenedores, llegando a los 1.500 dólares, tras llegar a máximos de 7.275.

El comercio mundial pierde fuerza

Esto, de acuerdo a varios expertos, ocurre porque estamos viviendo un momento en el que la economía global está perdiendo fuerza, sobre todo en lo relativo al transporte por mar entre China y el resto países. 

¿Qué puede ocurrir?

Si esto continúa por este camino, los costes pueden volver a estar, más pronto que tarde, igual que antes de la pandemia.  Si se solucionan los inconvenientes de congestión entre EEUU y China, los transportes pueden tardar menos tiempo en completar sus rutas, bajando así el importe.  La última semana del mes de septiembre, el flete para un contenedor de unos 40 pies, disminuyó a los 4.014 dólares, siendo esta una bajada del 61% en un año, puesto que, en estas mismas fechas del año pasado, su precio era de 10.377 dólares.  Tanto en Europa como en EEUU los inventarios parecen estar estabilizándose desde hace unos pocos meses. Habrá que esperar para ver cómo va fluctuando esta situación. 

¿Y qué hay de los cuellos de botella?

Los cuellos de botella también parece que están mejorando, puesto que las tensiones comenzaron a disminuir ya en agosto, tendencia de bajada que empezó ya en abril.  La bajada de agosto fue muy acusada, con mengua en los tiempos de entrega estipulados.  A pesar de esto, las fluctuaciones parecen indicar que, aunque las conjeturas de la cadena de suministro global han bajado, se encuentran en niveles altos. 

¿Y qué hay de las materias primas?

Desde el estallido del conflicto entre Ucrania y Rusia, las materias primas energéticas y ciertos alimentos, como pueden ser los cereales, están siendo víctimas de recortes debido al aumento de su coste. Esto se ha notado especialmente en las facturas de luz y gas, así como en las compras.

• El trigo sufrió tres meses de caída debido a la puesta en nuevamente del grano ucraniano, y un mayor recurso por parte de Argentina. 
• El coste del arroz se está estandarizando, si bien nunca aumentó tanto como otros alimentos. 
• El petróleo, por su parte, está en los 90 dólares aproximados, una bajada considerable. 
• El precio del cobre ha aumentado en un 10,41% en comparación a finales de julio. Poco a poco llegó a estar en los 7.940 dólares por tonelada a finales del mes de septiembre, un 20,18% más asequible que cuando estalló la guerra. 
• El níquel y el acero son más baratos que lo que lo eran hace 8 meses. Puede que esto sea como consecuencia de la bajada de la demanda industrial. 
• El aluminio ya comenzó a bajar en abril, llegando a su coste más barato desde marzo del 2021. 
• No nos olvidemos del gas. Si bien es cierto que, aunque todavía cuenta con un valor muy alto, casi los 200 euros por megavatio/hora, está bastante más bajo que en agosto. Se piensa que esto puede ser un indicativo de que poco a poco todo volverá a la normalidad. 
   

Todo lo descrito ocurre cuando el BCE ha decidido hacer más estricta la política monetaria de los bancos centrales, subiendo así los tipos de interés. Este tipo de estrategias tardan en verse en la economía real un tiempo, por lo que aún tendremos que esperar un poco a ver qué efecto consigue. Desde luego, la inflación llegó a su punto máximo o está cerca de hacerlo, y los ingredientes que han llevado a esta situación han empezado a enfriarse. 

Las previsiones futuras parece que indican que los precios seguirán disminuyendo, así como el coste de vida general. 

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Si bien hay que tener en cuenta que la situación global que experimentamos desde hace ya dos años no se ha resuelto, la disminución del coste de los fletes y de las materias primas es, desde luego, una muy buena noticia tanto para empresas como para las familias. 

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